Al sentir tu mirada en mi figura…
mi cuerpo se estremece sin demora,
yo espero tu llegada a toda hora
para hacer realidad esta locura.
Por instantes la soledad invade mi presente…
porque tu ausencia es a ratos más notoria,
busco en el fondo del baúl de la memoria
algún vestigio de por qué tú estás ausente.
Hoy me interno en los rincones del anhelo
y allí espero con paciencia tu llegada,
tengo una nube muy cerquita del cielo
para amarnos en la noche estrellada.
Y si un día cualquiera tu decides marcharte…
aún sabiendo que te pierdo yo te dejo volar,
quizás yo me resigne a tener que olvidarte
escondiendo mi pena en el medio del mar.
En tu remordimiento abrazarás la almohada
tratando de esconder la amarga realidad,
de esos ojos tan bellos que no transmiten nada
en un rostro esculpido por tanta soledad.
He llegado al torbellino del olvido
donde voy a quedarme eternamente,
quiero exhalar el último suspiro
musitando tu nombre quedamente.
María B Nuñez@