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…un soneto
Y. Aprendí a buscarte a cuentagotas
por eso fue que te me fuiste triste…
El por qué nada soy y nada fuiste
si en mí te quedaste y ya no brotas.
La ignorancia me abrume –me derrotas-
pues no soy más que sombra en el camino;
si las causas más simples (son ignotas)
ensombrecen por siempre mi destino.
La fe de mi niñez ya es transitoria
un pasaje quizás una mentira…,
simple sueño guardado en mi memoria.
¡Pero perdí ya todo –ya no aspira-
La ilusión de alcanzar alguna gloria!
Me sumo en el infierno que respira.