Ayer en la soledad que me encontraba,
buscando un no sé qué en mis recuerdos,
encontré tus cartas y aún me hablaba,
de ese gran amor que habíamos vivido.
Con nostalgia empecé a leer la primera,
y después otra y otra más,
y brotaron a mis ojos una lágrima,
que llegó a mis labios su sabor amargo.
Me dices en ellas, por ti yo muero,
si tú no vienes a mí me desespero,
más yo en silencio atino en decir... te quiero...
aunque ya no seas mía, aún te quiero.
Son tus cartas de amor, los que en mí viven,
y hacen que te quiera todavía,
aunque las esperanzas en mí ya no existen,
de lejos sabré decirte, vive para mí vida mía.
Porque tú vivirás en mí, en el recuerdo,
aunque otro te posea, seguirás pensando en mí,
yo seguiré en la soledad de mis recuerdos,
escudriñando tus cartas y sin tenerte a ti.