Tú rosa sin espinas, que duermes en mis brazos
que de besos sin descanso destruyes los desencantos.
Hermosa como las flores
me entregas tus ganas
yo sin desprecio te entrego mi alma
cansados, en el amanecer te robo un beso sin hablar.
Suspiro en silencio para no despertar
de un sueño profundo que me he clavado ya.