Entre cuatro paredes,
donde no hay cárcel ni carcelero,
tan solo vacio y el silencio.
Las palabras perecen contra el cristal,
la ilusión se la llevo el tiempo,
pero mañana despertaré
y solo habrá sido un triste sueño.
Como un temporal enfurecido,
pasa la vida,
y un episodio extraño permaneció en mí.
Pero sé que mañana despertaré
y de este sueño no me acordaré.
Gritos que se pierden en el viento,
y la alegria como una exhalación,
sin desafío, ni confusión
emigro a otro lugar,
acompañándose por el canto de los pájaros.
No hay patraña,
solo palabras que dañan,
difíciles de evadir.
Pero mañana despertaré
y este sueño no recordaré,
y entonces por fin,
seré una simple mujer.