Una luz en la bahía,
Un oasis en el desierto,
El sol por el día,
Un cantante en el concierto.
Un velero en el mar,
Un verso en un papel,
Un niño al jugar,
Y una abeja en su miel.
Un amor y sus pasiones,
Hasta un brillante amanecer,
Un jardín y sus flores
Y hasta el mismo atardecer.
La brisa y la melodía,
Hasta las aguas bien quietas,
Los recuerdos y la alegría,
Son las armas de los poetas.
Y mientras exista imaginación,
Plasmados con pluma en un papel,
Los poetas seguirán hablando al corazón,
Como se escribe en un simple cartel.