MUJER ARPIA
Estoy huyendo, de la mujer que un día
Me juró ante Dios, amor de esos que llaman eterno
Sin saber que más tarde, con rencor me acecharía
Y a la ruina mis arcas desfundarían y en la calle terminaría
Estoy huyendo, de las garras de aquella arpía
Que al principio demostró que me quería
Pero era un amor plagado de pócimas y hechicería
Que a la postre mi confianza, finalmente terminaría
Estoy huyendo, por un camino largo y estrecho
No sé a dónde voy, no hay horizonte que me detenga
Desesperando corriendo estoy, sudoroso y maltrecho
Miro hacia atrás, veo alucinaciones, será que me alcanza?
Estoy huyendo, del alma me encuentro herido
Los dolores del cuerpo no los siento, voy hacía cualquier sendero
Deseo estar solo, recuperar el tiempo ido
Hablar con las estrellas, esperar tiempos venideros
Estoy huyendo, a lo lejos diviso un paraíso
La naturaleza en su esplendor, me acoge y da abrigo
Quisiera allí detener el tiempo, rodar y olvidar
Sin rencores, ni maldades, la vida es lo que cuenta amigo
Ya no huyo, el pasado quedo atrás, Uf! que alivio
Volver a empezar, arrancar de cero
Encontrar a la mujer ideal, será que quiero?
O serán alucinaciones, estoy que ardo, sudoroso y frío
Terminó mi huida, encontré el camino de felicidad y alegría
Sin perendengues ni ataduras, que me amarguen la vida
El silencio de la noche me arropa, la brisa fría me da energía
Que importa el mañana si hoy disfruto de la soledad, la libertad es mi compañía
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla - Bucaramanga