Hoy, pequeña, has llegado a mí
Envuelta en llanto y alegría,
Te miro con atención, y veo que
Te pareces a mí en cuerpo y alma.
Con tus pequeñas manitas
Te aferras a mí con gran fuerza.
Jamás había sentido tanto amor
Y cariño por una mujer.
Tu nombre será el más simple
Y el más hermoso que existe.
Cada palabra, cada caricia,
Cada vez que me digas papá
Será un aleluya para mí.
Por último, hija mía, bienvenida al mundo,
Te aseguro que jamás te aburrirás de vivir aquí.
Se feliz y ama con el corazón,
Se lo que lo que tú quieras, pero se tu misma,
Porque tu eres lo más hermoso que tengo.
© Antonio Quesada Espinoza. Todos los derechos reservados