Fotografía de Fredy Pastrana.
I
Abrir este momento
como si se tratara de un poema sin final
y quede en ti la nada desojada.
Y quede en ti
sólo la levedad de quien se sabe amando demasiado.
Querden tus pies al borde del espacio,
tus manos y tu abrazo.
Que no intente el olvido interpretarte
como quien carga el mar en el zapato,
como quien viaja solo
todo el tiempo y a aprisa.
Quisiera hacer del mar una de nuestras hojas
y arrugar la distancia
tal como a veces se arrugan las palabras.
Quisiera ser el mar.
Ser ese mar.
Quisiera ser el mar y que te ahogaras.
Y te incendies de luz
en donde nustras sombras se emborrachan;
que te apagues de todo, hasta de mí,
que seas en ti, conmigo,
que seas tú.
II
Quisiera, si supiera, huir del mundo
y del tiempo y del mundo y sus ahogados.
Quisiera, si pudiera, huir de todo.
Quisiera, si quisiera, huir de mí,
llegar hasta tus muslos;
perderme en lo que soy, en lo que sos
en lo que fui.
Perdóname, perderme
y derramar mi cuerpo de laguna en tu sal.
Sí,
ese sueño de Sol.
Derramarme en tu imagen como si fuera el día
en que se apaga el mundo
y se nos fuga toda la existencia
muriendo juntos.
Libélula Marzo 2011