Amar es dejar de existir por un instante
cuando recibo un beso apasionado de tu boca,
y al sentir tu aliento bajar por mi cintura
se enciende la fogata que derrite la roca.
Aunque el cielo esté oscuro puedo ver las estrellas
flotando sobre el mar movidas por el viento,
son miles de reflejos que hacen la noche bella
a dos enamorados que no los vence el tiempo.
Anduvimos descalzos por sendas con espinas
juntando nuestras manos cuando hacía falta una,
hoy todo es diferente, porque el sol ya ilumina
los senderos de espuma en las noches de luna.
Cada día nuestro amor ve el tiempo transcurrido
a pesar de los años (35) ese amor sigue intacto,
jamás hemos dejado que se enfríe nuestro nido
y si han surgido quejas se arreglan de inmediato.
Hoy les quise contar una historia bonita…
sonriéndole a la vida con mirada de niña.
¡y dando gracias a Dios por todo lo obtenido!
María B Núñez