Con una sola palabra
pronunciada en su momento
tú me has abierto las puertas
de tan dulce sentimiento.
Y me descubres el tono
de tu voz, de tus deseos,
que me acarician el alma
con las alas de tus sueños.
Esta tarde, junto al río,
en mi banco… con cuaderno,
con mi pluma que te escribe
gotas de amor en mis versos
yo me sumerjo en las aguas
y refresco mis adentros,
que por ser míos son tuyos
y duermen en mi silencio.
Cuando los pájaros trinan
y dibujan con sus vuelos
la alegría que contemplan…
este amor no es un secreto.
Son las aves que pregonan
y el río con sus espejos
las señales misteriosas,
que sólo tú y yo entendemos.
Cuando termine la tarde,
como es costumbre, hablaremos
y mediremos distancias
con el metro de los besos,
donde tu voz y la mía
se acaricien…como dedos
que van abriendo caminos
en el alma y en el cuerpo.