Fiesta de disfraces
Una pluma en la cabeza,
un lápiz en las cejas,
que se hagan musgo tus pestañas
y embetuna tus mejillas,
esta noche.
Toma este vestido floreado que escogí
resentimientos de inmuebles enhebrados,
nido de polillas y arañas que se pierden.
Deja que aún sean mis manos
quienes vistan con las alpargatas de un tormento
tus pies que olvidan huellas.
Disfrázame contigo, enmascara el pensamiento.
Mezclémonos entre las raíces del cielo
enredaderas que puedan bailar.
Hablemos, entonces, hablemos,
que nadie pueda escucharnos.
Desnudemos los trajes de las personas,
que caminen llevando sus oscuros pechos,
sus oscuras piernas a sus oscuras camas.
Escapemos entonces, ahora que nos miran
a través de sus zapatos.
Escapemos antes de que levanten su humanidad
o muestren los dientes sucios.
Mejor estropear la escena
ya que nunca me habían tratado como perro
pero suelen confundirse con mi vaga apariencia.