Quiero encontrar las escaleras, y todos los corpúsculos...
La escalera desde la arena hasta la superficie de los mares...
Los escalones de algo tan trivial como los mismos planetas,
como las mismas galaxias... [los escalones de las galaxias]
De tu vía láctea.
No somos planetas ni mundos si estás tú allá y yo donde nadie conoce…
Donde ni yo conozco.
Unos acordes que rasguen quizá algunas sudoraciones, de tus pieles…
De tus ramas pulmonares, que te mantienen vivo y confuso, vivo e intruso…
Intruso en caminos de andantes pasajeros, en cielos de voladores antagónicos.
Siempre he pertenecido a ti [te he pertenecido más de lo que me podría pertenecer a mí], como a las rocas, como a las Lunas. Te pertenezco más de lo que le pertenezco al cielo translúcido.
Escaleras irisadas en gris, colores que ni siquiera existan, que tu creas…
Que lleguen a tus pupilas, a tu iris, y que la niña de tus ojos sea mi reflejo, y que tu corazón tenga pigmentos de mi saliva, tatuando mi sombra, en donde no hay luz ni gloria.
Para que con alguna luz blanca y tu corazón de prisma te ilumine los adentros e ilumines como tu vida ilumina alguno de mis pies, alguno de mis ojos, mi boca, mi voz, y toda mi existencia.
El día perfecto es cuando no te tengo, por ser feliz con mi desgracia, de no gastar labios, de no gastar una verdadera sonrisa que no surgen con algún murciélago, el día perfecto no sostiene tus dedos igual de anormales que tu adictiva presencia, el día en que no me quede ciega con algunos dientes de tu Luna portátil que hace no sé qué para que me traiga taquicardia, el día perfecto es cuando no me aplastas con alguna frase tuya, cuando se guiña un medio de mirada para hacerme tan inmune, cuando tus brazos no me dejan escuálida, perfecto es incluso si no limpias mis lágrimas y evitas la tristeza, perfecto eres cuando no tengo tu espontaneidad que me deja varada en algún lugar lejano y solo, para tener que soportar todo lo que te compone.
Ahora soy práctica y versátil, no utilizo semáforos ni manecillas…
Soy inmune a los labios, a las manos y a las luces amarillas.
Pero tan susceptible a la Lluvia…
Hay estanques ahora que no tienen escalones, pantanosos y sedantes…
“Iluminas hasta la melancolía”
Sammantha