Hoy hay desnudez en mis palabras huérfanas,
Se derriten, se calcinan y adormecen…
Desde ahora hacen tregua y se cristalizan…
Se asoma tu retrato en lágrimas saladas,
No hay testigos de tal desconsuelo,
Las madrugadas heladas sin tu voz alada,
Se quedan apuntando a un espeso dolor.