¡Ay de nosotros los desgraciados!
Que nos hicimos adictos
a los pensamientos en prosa.
A llenar de odas los días
y a escribir en las murallas
de todo los mundos
las bellezas y atrocidades escondidas.
Porque nos enamoramos tantas veces
de la misma persona
o porque son los imposible
nuestra carnada preferida
y sentimos que por dentro
llevamos una nube que llueve todo el día
cuando nos vemos tan solitarios
envueltos por una muchedumbre
que no siempre va con uno.
Desgraciados somos nosotros
por darle tantas vueltas a la mente,
por amar más que nadie
y hacernos parte de todas las cosas.
Por pensar que la vida
es más de una sola
y que podemos morir tantas veces
como un gato afortunado.
Si la vida se burla de nosotros,
ya nos hemos mofado suficiente de ella
preguntándonos: A qué va todo esto
y hacia dónde llevar nos quiere.
A nosotros, exiliados de la afabilidad,
pasajeros extraviados en las calles,
los fantasmas sin purgatorio,
los incomprendidos por la gente,
nosotros los desgraciados.
domingo, 02 de mayo del 2010