¿Sabes que duele, viejo?:
No estar en estos días;
prender la lucecita
y ya no verte más,
rasgar en la pantalla,
pensar la lejanía,
leer tus comentarios
y ya no contestar.
¿Sabes lo que me cuesta tenerte entre las pérdidas?
un nudo en la garganta,
llorar sin despedir...
por eso, amigo mío,
prefiero recordarte con esa impronta tuya
de hacerme sonreír.
Prefiero repasarte
en los renglones diarios
o aquellos comentarios,
privados, entre dos;
cuando me permitías estar en tus poemas
jugando a que me quieras,
como te quise yo.
Por eso,
¡Gonzalito!...
hermano!!!
amigo mío!!!!
señor de tantas noches,
compañero!!!
Varón!!!
Te mando un gran abrazo,
un beso,
un hasta luego,
y que poemas nuevos
publiques ante Dios.