Alucinación fantástica: he visto montañas.
Albas montañas coronadas de rosa. Y en
su valle angosto pero ancho en misterios hallé
del universo hecha esencia la belleza extraña.
Escalar sus cumbres rosa: ¡qué sublime hazaña!
Rodar por sus laderas y el sentido perder.
En el tibio y blanco manto dejarse vencer.
Tejer mil y un caminos como telas de araña.
¿Las he visto despierto? ¿ o las habré visto en sueños?
Quizás fue un sueño realista. ¿O realidad soñada?
Su esencia más íntima: insondable misterio.
Fuente viva de vida, dulce hechizo de hadas,
obra sutil y atrevida de travieso genio
esculpida en púrpura luz materializada.