REHEN
Me basta con cerrar mis ojos
para ser tu prisionero nuevamente,
con alegría recojo mis despojos
y curo mis heridas lentamente.
Rehén de tus labios rojos
que sin cesar me besan con dulzura,
atado a tu regazo, postrado de hinojos
es tanta, que lastima, tanta la ternura.
Reo soy de tu perfume, eterna fragancia
que impregna mi piel y toda mi alma,
adereza mi ternura, un tanto rancia
sosiega mi corazón, la tormenta calma.
Me basta con abrir mis ojos
para ser libre nuevamente,
un muerto en vida, sin antojos
que vive su vida lentamente.
Guivel