Digamos que hoy soy pesimista
aunque optimista al mismo tiempo,
digamos entonces que hoy
es mi último día de existencia
y que mañana el mundo seguirá
pero mis ojos ya no estarán viendo el sol;
siendo así entonces, digamos que
tengo todos los deseos del mundo
y sólo un rato para cumplirlos;
mi tiempo corre y pienso despacio,
¿qué más quisiera que volar,
soñar, escribir?
¿hasta donde me alcanzará el corazón
para todo y nada en un día?
Digamos que sólo me queda un rato,
¿acaso me querrías mientras parto?
Pero si mi mayor sueño es quizá
lo más simple por hacer
y sin embargo no lo obtuve,
¿acaso sería verdad que mientras callo
y despierto del sueño que es la vida,
me sostendrías cuando cierre mis ojos?
Digamos que hoy me voy
y que mañana seguirá el mundo,
ciertamente no desearía irme
con tantos sueños y anhelos
pero lo cierto es que no hay tiempo;
digamos que en un rato de vida
he enloquecido, escribo versos
y muero…
Digamos que hoy jueves muero
aunque sea viernes por la tarde
y que la paz que no hallaba
vino a quedarse en lo que vieron
mis ojos al partir;
ojala fuese tu imagen,
pero digamos que como no sabes
que hoy me voy,
lo último que llegué a ver
con cierta ternura melancólica
fueron un par de líneas líricas,
sonoras,
que cumplieron mis sueños ilusos
y un “te quiero” que tanto te dije
pero al que no quisiste contestar,
simplemente porque
no tenías tiempo.