Hoy me dijeron
que si estaba Dios a dónde está.
Y me miraron con miseria
e ingenuidad...
Cómo decirles, cómo explicarles lo que yo
puedo sentir, puedo oír, puedo tocar.
Tus milagros los veo Señor
cada día al despertar,
brillan con la luz del sol
y con la voz de mamá
que me llama a desayunar.
Entonces dijeron
si existe Dios que aparezca,
yo miré el cielo
y contemplé las estrellas...
Y mientras ellos buscaban razón alguna
vos me sonreíste con tu sonrisa de luna.
Yo te veo Señor
en cada mariposa que pasa,
en cada gesto de amor
y en los niños jugando
en los bancos de la plaza.
Y así ellos siguen esperando
los grandes milagros y revelaciones
pero te descubrimos
pequeñito en los rincones
esperando la mirada
no del poderoso
pero de los corazones.
Te revelas Señor
en cada brisa, en cada flor,
dame siempre la humildad
que permite ver más allá
de la tristeza y el dolor,
de la saña y la maldad,
de la cruel oscuridad
... de mi pura humanidad.