ACASO
Enderezad las sendas, dijo el milenario profeta
En nombre del Dios de los creyentes.
La indiferencia, por siempre fue reina en el planeta
Y muchas cosas sufre la inmemoriosa humanidad
La desventura toca la puerta del afligido
Y la debilidad la sienta a su mesa.
El atormentado peina los cabellos de la maldad
Mientras un mentiroso se convierte en el reloj
Del que desmaya.
La violencia pinta su obra cumbre
Y Herodes mata los niños de Judá.
La prepotencia negocia seis millones de vidas
Y la tierra sigue girando
El Cristo de los milagros, llora la impotencia,
El desvalido consuela su llanto.
La descarga de un rayo interroga con voz de trueno
¿Acaso es el fin?
Teresa Ternavasio
26/03/2011