¿Hombre, qué quieres de mí?
Ahora, que me encuentro,
Tranquila, satisfecha con mis labores
Con mi diario vivir.
Tú, que vienes a inquietar mis días
Con tu picara mirada, tus ojos sonrientes
Que quieres, que buscas, que deseas
De esta mujer, dormida, recatada
Lejos de volver a sentir y amar
La cercanía de un hombre
Que asedias, con tus coqueteos, galanteos
Vuelves cada día, que me ves
Asomarme al balcón, cuando salgo
Tratas de propiciar el encuentro.
Haciendo, inquietar,
Que este cuerpo que se hallaba detenido
Despierte, a las nuevas sensaciones
Que me ofreces, ilusionándome,
Con tus invitaciones, tus parloteos
De un macho conquistador
Agitándose mi corazón ante tu presencia
Me desespero y te ansío
Y surge la duda
Si ceder o de dejarme llevar
Por lo que estoy empezando a sentir.
Cuando tomas mis manos,
Te aproximas para la primicia de un beso
Mientras tu mirada me desnuda
Me envuelve,
Enervas mi ser interno
Ante un calor sofocante
Se desvanecen las dudas
Volcándome a tus brazos
Lentamente voy cediendo a tus deseos y los míos
Despertando en una lujuriosa ardiente pasión
Desbordando todo aquello, que estaba dormido
En este cuerpo de mujer madura
No perdiendo la oportunidad que la vida me ofrece
Disfrutando todo aquello,
Que pensaba que había olvidado
De amar y ser amado.
Iven M.