En todo caso tu partida
no es cosa mía o de los dos
sino producto de un adiós
que por "seguro" se tenía.
Tú bien lo sabes, mi vida:
entre el tiempo y nosotros,
la distancia y la espera
juegan a reír despacio,
a gozarse en extremo
con nuestra sinrazón,
a simular el dolor
que tanto camuflamos;
pongámonos, pues,
ellos, tú y yo
cada quien con lo suyo
a mundanalizar
la nada en que hoy quedamos.