Suave como el peligro
trazaste un día con tu mano imposible
la frágil medianoche,
y tu mano valía mi vida
y muchas vidas,
y tus labios casi mudos
decían lo que era el pensamiento.
Pasé una noche a ti pegado
como un árbol de vida;
porque eras suave como el peligro,
como el peligro de mi vida.