¿A qué huele el amor? me preguntaba.
¿Qué color tiene?
¿Alguna respuesta? Nada.
Aunque el amor no se pueda ver,
ni oler,
tengo que reconocer
que lo escucho,
y eso para un sentimiento es mucho.
Los suspiros al final del día,
las notas de la penetrante melodía
son las suficientes para que llore, goce o ría.
Cantaba el joven,
cantaba alegre en la fiesta del equinoccio
Cantaba el amor.
Sonaba el fonógrafo,
sonaba en el ángulo de la habitación
Sonaba por el amor.
Irradiaba la radio,
irradiaba en el centro de la reunión.
Irradiaba amor.
Rotaba el caset,
rotaba en el auto cuando el día oscureció
Rotaba, también, el amor.
Pasaban los años,
pasaban los jóvenes a vivir y los ancianos a decir adiós
pero sobre todo pasaban con amor.