El calor de su vientre
Lleva la chispa
A donde el fuego arde.
De las calmadas pulsaciones
Del cuerpo encendido
Siento humedecer la carne.
Como y bebo de su cuerpo excitado,
Sin deseos de parar,
Así me hayo estable,
Entre los muslos de quien me da placer.
Angelada mujer desnuda,
Pecadora enfermiza y excitante,
De las aguas que emana tu cuerpo bebo,
Y de las carnes plegadas como.
No hay olor parecido al tuyo,
Tu rosa es inigualable.
Mi boca rosa tus pétalos,
Y por eso reconocería tu aroma,
En jardines diferentes.
Las manos amarradas al deseo,
El alma sucia y asquienta,
Las horas palidesen por el tiempo,
En que mi esencia espera tu esencia.