estaba solo en el salón oscuro,
las persianas bajadas, la noche encima,
el recuerdo cautivo, el sueño tras el muro
de la estrecha alcoba que ejercía.
acechábame el sol, de madrugada,
puse el despertador por causa ajena,
para no hacer nada,
desperté al pichón y me dio pena.
las cortinas de plata se extendían
en mi sueño apaciguando el sexo,
estaba con walquirias, peleando,
y me preguntaba en donde acabaría eso.
por despertar, abrí mis ojos verdes
y me estrené contra la puerta abierta,
me fui al baño bajo sensacion que crece
cuando haces pis con ganas en la muerta.