Veinticinco años... Cuarto de siglo...
Ante el niño soy adulto,
ante el viejo tonto en juventud...
Miro hacia adelante,
y veo un futuro incierto...
Miro a los recuerdos,
y el sendero quedo plagado,
de flores marchitas,
sueños de entre las nubes
acabaron en el suelo,
manos que tomaron las mías
acompañando dulces alegrías
y ayudaron firmes, siempre fieles
cuando duras fueron las agonías...
Amores vividos...
Falsas voces disfrazadas de virtudes,
heladas aguas, caricias indiferentes al amor,
sonrisas puras ignoradas tantas veces
por hermosas y seductoras damas de fantasía,
pues de sueños parecían,
tal belleza no tenia par,
y era atroz lo que escondían,
pues feroces aves carroñeras
disfrazadas de virtuosa y dulces
ángeles terrenales sin igual...
Lágrimas derramadas...
Error latente... Recuerdo en mi mente,
pues tu belleza en cuerpo y alma,
ciegamente me entregaste por amor,
inocente, fiel y sincera fuiste mía,
más estúpida y fatal cobardía
dio muerte al sentimiento mas puro
que no eh tenido hasta hoy día...
Errores, dolores y alegrías...
Coraje, tristeza y arrepentimiento...
¡Y en soledad mi estadía!
Es difícil comprender esta nostalgia,
pues siento miedo del mañana,
dolor y arrepentimiento del ayer
y a veces incertidumbre del presente.
Todo junto vivido a la vez,
que no me quedo ora cosa,
que reír y disfrutar esa sonrisa
cual si fuera la majestuosa...
Primera vez...
Carlos R. Barrera