El Hombre de la Rosa

LÁGRIMAS DE LOTO

Samuráis de encanto y Catana grande

Lloran de impotencia a Japón que arde,

Que sabe la gente que va por las calles

Cuando la vivienda flotando se evade.

La tierra se abre de espasmos salvajes

El agua se agita entrando a lo grande,

El planeta apresura su giro inmutable

Impíos auspicios al hombre le aguarde.

Están las centrales sangrándole al aire

Con átomo fiero de esta peste grande,

Están los cerezos sufriendo el desastre

Tristes los Bonsáis lloran en el parque.

Las flores de loto con barro se bañen

El gran Fujiyama se apena al instante

Un volcán nevado con cúpula grande,

Doliente Micado en palacios grandes

La Geisha se viste de negro azabache.

Mi Japón querido sosiega el tsunami

Que Tokio y Kioto gimen el desastre,

Sabiendo que nada cabe controlarle

Ardor de la Tierra no conoce a nadie.

Una ira atroz se despierta al mundo

Latir en la fosa del núcleo profundo,

Miasmas de ardor agostan la sangre

Impotencia estéril y seísmos letales.

Geishas del dolor y pasión que arde

Cuidar con valor la gracia de amarle,

Antes que la noche nos traiga dolor

Inclínate un poco y ampara a Japón.

Esta prosa amigo relata el tsunami

Que broto del mar y rompe la calle,

Sufrir en las costas el nocivo hacer

El agua fragosa que vuelva a su ser.

Ese Apocalipsis se ensaña con ellos

entre la desgracia de atomos serios,

la peste maldita vuela con el tiempo

dejando a Japón llorandole al viento.

Autor:

Críspulo Cortés Cortés

El Hombre de la Rosa

15 abril del año 2011