Veo en tu cuello la marca infiel
y dices no es pecado
pues se queda como escape
de un momento de inconciencia.
Te sientes inocente por el acto
y debo aceptar el gesto
de tu mano que me alcanza.
Ya sabré recompenzar
tu extravío en el silencio
¿ Qué harás cuándo yo vuelva
y en la desnudez te muestre
los besos dejados en mi cuerpo?