Como navajas fueron tus palabras, como cuchillos fueron tus lágrimas, mientras que al caer la noche la soledad me abraza y la tristeza murmura una sola palabra adios.
Es tan doloroso el juego del amor, tan extraño es ese inmenso ardor, que quema más allá de mis sentimientos y en ceniza deja ese corazón tus besos.
Una lágrima cae en el vacío de mi soledad, una sonrisa se apodera de mí desfortuna y en mis pensamientos alguna duda.
Eres la cruz de mi vida, mi soga en el cuello y lo peor de todo mi amor perfecto.