Buscando en la montaña,
la cima alcanzar,
sin dotes de alpinista,
a trepar por la escarpada,
empezó la jornada,
un día cualquiera,
un día por la mañana.
.
Preguntan que si,
estoy loco,
por tremenda locura,
el escalar,
sin llevar arnés,
ni cuerda a mi cintura.
.
Comento no es locura,
es solo aventura,
adrenalina pura,
arrancando el ultimo,
aliento encontrar,
en uno mismo,
las respuestas,
de mi yo interno.
.
Estando a tremenda,
altura sin ligamentos,
a la escarpada,
que te hagan,
confiar en acariciar,
suavemente la roca,
solo aferrarte,
con tu alma,
corazón y manos.
.
Admirar en la altura,
tan bello paisaje, que Dios nos brinda,
a quien la cima alcanza,
o disfruta aquel,
que voltea,
a su espalda,
en la escalada,
de la vida,
dejando regada,
su esencia,
de alguien que busco,
lo que quería,
sin trabas,
ni anclas,
solo el corazón,
de arnés,
el alma a su cintura.
.
Será locura,
subir la montaña,
encontrarse,
en silenció,
con el pensamiento,
y reflexionar,
lo bueno y malo,
que no sabias,
que existía,
solo de verlo,
desde arriba,
como parte,
del panorama,
bello paisaje,
para escarbar,
en el alma,
y borrar o intentar,
aliviar todo,
mal recuerdo,
de las brumas del tiempo,
que no entorpezcan,
tu camino,
y tu alma.
.
Autor: Adolfo Casas C.