Mirad fijo el poniente verdor,
mirad que la primavera
su manta en su esplendor
pinta chorretes verduscos
como el moho impregnador
cubre las rocas de cardenillo.
Oh hermosa primavera
su entorno acicaladora,
cantad su himno de alegría,
escuchad que la sinfonía
de la natura el viento compone,
oled que se respira un fresco lozano
que no siempre se colman
la dicha de vivirla
la sagrada ostentación
de su pomposa magnificencia.
Mirad, cantad, vividla
que no hay fortuna apetecía
que el imploramiento al omnipotente
del más hermoso edén
y jactanciosos los ojos
de ella siempre rogaran
un poco de más.
Mirad, cantad, vividla,
que pronto ha de marchar
sin previos ni avisos.