Ya pasaron diez años, y en este mundo
no encuentro, una señal que de aliento
de bienestar y alegría. Yo mas bien
pensaría que debemos observar; ¿Qué
estamos haciendo mal? Y proponernos
cada cual, aportar un poco de paz cada
día…
Ver el árbol, el tranvía, sentir el viento,
el calor, escuchar la infantil algarabía,
oler la flor, caminar por la avenida, leer
un poema o escribirlo… y si es posible
dar gracias a dios por la vida.
Reflexion a la vida