***A Jesús del Consuelo***
De la emblemática Recolección,
con paso lento sale la procesión,
a recorrer las calles de la capital
de la fe y devoción…
Movidos por el Amor al redentor,
hombres y mujeres se consagran,
a aquel cuya mirada lleva consuelo
en la aflicción conduciendo a la calma.
Nazareno del Consuelo que fuiste
la mayor inspiración de Murcia,
quien al enamorarse de tu mirada,
no dudo en consagrar su vida a vos…
Vos que con ese rostro trigueño
y ojos de miel llevas consolación
al afligido en medio de tu suplicio.
Vos cuyas manos aferradas al madero
y el rostro ligeramente inclinado
hacia al aquel que te contempla,
pareciera que le dijeras ¡Un te quiero!
La sangre corre por tu rostro,
tu cansancio es notorio,
Nazareno que has sido razón
de desprecios y oprobios.
Cerca y lejos de vos siguiendo tus
pasos viene la Madre Dolorosa,
que sutil como una mariposa,
se niega a sucumbir ante ese drama.
De ver poco a poco a su hijo morir.
cual si fuera el peor malhechor…
Cuando su único delito fue mostrarle
incluso a sus enemigos Amor.
Ya podrían legiones de ángeles
venir a rescatarte…
Ya podrías con solo desearlo
cambiar el rumbo…
Pero tu obediencia al Padre
no conoce fronteras y el precio
de la redención es el derramar
tu sangre…
El anda avanza poco a poco,
entre nubes de incienso que
suben hasta el cielo llevando
las plegarias de los devotos
de Jesús del Consuelo.
Oxwell L’bu