Te imagine inocente, hermosa y radiante,
belleza pura perdida en lo banal de esta era.
Te imagine simple, coqueta y humana,
combinación perfecta entre coraje y cordura.
Te imagine... Siendo la paz de mi alma,
Acompañada de sueños, seducción y locura,
llegando por la pasión a perder la calma,
compartiendo el amor y seducción pura.
Te imagine... Y hoy estas a mi lado,
volviéndote mi alma, mi vida y cordura,
convirtiendome a ti en loco enamorado.
Ahora te miro... Y mi corazón se detiene,
el tiempo, un segundo parece no avanzar,
y es extraño, mi vida aún no te contiene...
Carlos R. Barrera