se encienden las luces vespertinas
y con ellas, se encienden los anhelos
de querer tenerte entre mis brazos...
La agonía que en mi pecho se anida,
se prolonga por horas, hasta el alba.
Marcó mi sino un silencio sepulcral,
en mi camino un mutismo total
y planté las semillas de hastío.
No pude nunca sacarte de mi mente,
quise borrar los recuerdos que me ataban,
pero inmisericordemente me quemaban.
Y pasaron muchas madrugadas
y noches de desvelo... mirando la ventana,
escuchando las melodiosas voces de las hadas,
que en la atmósfera quedaban atrapadas...
y los suaves parpadeos de los luceros,
que con tenues luces poco brillaban.
¡Cuántas veces vi teñir de soledad la noche!
¡Cuántas otras vi que la luna se ocultaba!
sin siquiera reflejar su luz en los cristales
de los ventanales, de esos ojos hechiceros
que en la distancia yo buscaba.
Hoy te recuerdo y no te olvido,
porque no eres fácil de olvidar y tú lo sabes…
Aunque tú me hayas dejado en el olvido.
aunque mi amor en tu jardín no haya florecido,
yo seguiré añorando los días que vivimos…
¡Aquellos, cuándo tanto nos quisimos!
¡Las imágenes de amor, se fundieron en mi mente,
allí se quedarán por siempre…eternamente!
Felina