I
Alimentado
de tu recuerdo vivo
el fuego arde.
Y por más que peleo
noche tras noche quema.
II
No sé por qué
aún navego en tu río.
¡Oh necedad!
Sus aguas son veneno
y sal, y un barro negro
III
Aunque te amo
no quiero amarte.
Pero te extraño.
Si bien quiero alejarme
aún más quiero quedarme.
IV
Calma en la noche.
Silencio que congela.
Fuego en mi pecho.
Y tus ojos gigantes
son martirio y consuelo.