Quiero dedicar mis pobres letras, a un grupo
que pertenece, a una de las columnas
que sostiene a nuestra sociedad.
Ellos son; los faros que dan luz a nuestro ser
y sirven de guias para ayudarnos
a encontrar, un puerto de triunfo
donde con sus enseñanzas podamos anclar.
Son rayos de sol, que iluminan nustras mentes
para ayudarnos a tener entendimiento
y tener capacidad, para poder controlar
esa parte de animal que poseemos
y poder vivir como personas en sociedad.
A ustedes: maestros, profesores, decanos
y todos los nombres que se les puedan dar,
van estas mis humildes letras
porque todos significan enseñanza,
que se dedican a matar a la ignorancia
en nuestras vidas y arrojan luz
a todo el que esté en oscuridad.
Gracias a todos los que ejercen
tan digna y meritoria profesión
que son el árbol del cual salen los frutos
que les dan capacidad, para que guien
las riendas del carruaje de sus vidas
que los llevará, a vivir y actuar con dignidad.