Tú el pistilo
una flor en hojas
un dulce recuerdo
y mi amor en verso
o en prosa.
Hay días en que el hombre
se olvida de sí mismo
y pasa de largo la muerte,
se contrae y vuelve al vientre,
encajona sus ímpetus,
echa de menos sus agallas,
ya no quiere saborearlo todo.
El ánimo se queda en un sitio cualquiera,
en un “lugar común”
que tal vez no quiera ser tomado en cuenta,
porque no se baña de alegría
cuando se apaga la ilusión,
como en tiempo callado.
Y no ve con esplendor el día
solo gravidez del invierno
y siente que el latir del corazón
le está prohibido
…se despide lento del bullicio del amor
Angustias...,
pétalos al viento…
que solo una lluvia de besos
como los tuyos
pueden conceder la libertad completa
al mirarla caer a campo abierto
hasta humedecer por dentro
deseos como los míos,
puede entonces que mi cuerpo sea mi cuerpo
que se vuelva incendiar el escombro
en el fondo de mi casa
y levantar así la flor marchita,
pues el tiempo no es cosa que se guarda
y tu amor debo vivirlo.