Luis Vázquez

Desolado

Solo, sólo yo y mi sombra

el sitio esta vacio

no hay ningún alma a la vista

el mundo se ha callado.

 

No hay nada que hacer

ni con quien hablar

sólo eso hago, nada

la anda me rodea.

 

Un ensordecedor sonido

se escucha a lo lejos,

s la gente, es la multitud,

entretenida, rogando.

 

Son los animales gritándole

a su amo: mírame, escúchame,

quédate conmigo, no me abandones.

 

Pero a cambio él lanza

una pelota, un juguete para entretenerse,

diciendo: no molestes.

 

Los viles animales, conformes con eso

gritan, pelean, se golpean

y su pelota satisfechos toman.

 

Pero hay uno, solitario

alejado de las bestias que pelean por basura,

con ellos no se haya,

y sin ellos es lo mismo.

 

Quiere, no un juguete,

no una pelota,

no tener nada,

te quiere.

 

Sólo pide

una sencilla y leve

demostración de aprecio,

sólo cariño mostrarle.

 

Así estoy, en la sombra,

en la anda,

sin nadie a la vista

sin alma en el rededor.

 

Solo estoy solo me siento

sin tí, mi amor,

desolado ando,

sólo yo y mi sombra.