La llama se apaga,
no arde la hoguera,
el silencio fecunda
la tarde y yo espero,
a un amor que se ha ido,
dejándome en pena.
La sangre a torrentes,
del corazón palpitante,
acelera el latido,
las venas rompiendo
deteniendo su ritmo.
Si estuvieras aquí,
de mi pecho el ardor,
con amor calmarías…
Si estuvieras aquí
apaciguando el dolor
que sepulta mi alma,
en la fosa siniestra
del valle de lágrimas.
Este día está frío,
ensombrece mi vida,
el sol no ha salido
se viste de hastío,
el aire brumoso
me opaca, me oprime
y siento en el pecho
ahondarse mi pena
y siento que el aire
emite un quejido
y es que te fuiste,
en silencio…callado...
dijiste ya vuelvo
y nunca volviste.
Pasan los días,
pasan los meses,
mirando al ocaso
siempre te espero.
¡Yo sé que tú vuelves…
yo sé que me quieres!
Felina