Mirada misteriosa y amante,
mirada encadenada al torrente
de amor que cruza mi vida,
Mirada de miel cual dulce bendición
se derrama lentamente en la mía
y me habla de ternura, de amor.
Mientras tu néctar me das a beber,
aquel néctar de tus labios,
aquel néctar de tus pasionales besos
y abrazada de tus besos de de candente furor,
rebosante de fuego e inmensa pasión
que perdura más allá del mundo mortal.
Y aquella dulzura sutil que venía de tus brazos,
aquella brisa húmeda de rojo atardecer,
embriaga mi cuerpo convirtiéndote
en mi sol incandescente, en mi locura incesante.
Eres mi fuente inagotable de vida,
anhelo de mi sueño, anhelo de mi ser
que me hacen tuya y solo tuya quiero ser
mientras me abrazo en tu esencia
y me hago peregrina en tu mirada.
Así me encomiendo a este amor,
amor de cristal, de cristal fino
entregándome por completo a mi deseo,
aquel deseo de ser tuya,
de seguir regida a tu yugo de amor
llamándolo así a tu corazón mi dueño,
y a ti mi dueño y señor.