Podrán quitarme las ganas de volar,
Sobre los límites de los verdes campos,
Podrán hacerme llorar de impotencia
cada despertar de primavera...
podrán fundirme en estallidos sordos,
renaciendo del hada blanca.
Podrán reflejar mis ojos la magia
Del corazón de una mujer inesperada
Más no podrán quitarme las noches
Para escribirle a la brisa.
Pues nunca habrá nada tan hermoso
Como una rosa y un amor.
ANTONIA CEADA ACEVEDO