LA SIESTA Y LA PASIÓN
Pasiones que comienzan, pasiones que terminan.
Fiebre de las tardes del verano en el patio,
Un perro que dormita, una mujer apantalla
El calor de sus senos, por algo, ya marchitos
Ellos están pendientes, tal vez del disimulo
Y el fuego de la sangre los envuelve en la siesta
Se aman, se desean, se miman y babosean
Los poros son vertientes de aguas calientes
Una vaca muge, también afectada
Maduran los trigales, apurados por el sol,
Un molino de viento se ha quedado quieto,
Y ruedan por el suelo, las bellas cintas del pelo
Pasiones que comienzan, pasiones que terminan.
El chasquido de pasos sobre las hierbas secas,
La cara somnolienta de un hombre ya de años
Él solo quiere un mate, antes de tomar un baño
Teresa Ternavasio
18/04/2011