Con mis manos aferradas con firmeza a mi timón
Recibo tu bello mensaje directo a mi corazón
Y el “aún lo quiero” me confunde y desasosiega
Pues el alma inquieta con tu ausencia se trasiega
Se me mezclan sentimientos mientras el mar escudriño
Buscándote en lontananza como un perdido niño
Mientras tú desde tu fuerte e imperturbable escotilla
Me disparas tus recados que atraviesan mis costillas
Con tus versos marineros alegras mis días fríos
Y me libras generosa de un detestable hastío.