Dedicado a Jesús de Nazaret.
Ya biné por la calla ancha por el centro de Jerusalén azotados con látigos por dos romanos… y fariseos le increpan también.
Va camino del monte los olivos, donde le sacrificaran clavado en una cruz de palo que a cuesta lleva también.
Lleva sangrando el costado las espaldas el rostro y sus pies, la virgen le sigue llorando María Magdalena también.
Judas reniega tres veces después el gallo cantó vio la herida del costado y el gallo también lloro.
De su costado sangriento salen pétalos de flores el cielo se está nublando mas no calma sus dolores.
Después clavado en la cruz pide perdón para sus hijos al tercer día resucita el cielo le dio cobijo.
Se desata la tormenta ahuyentando a los malvados que corrieron a esconderse como chivos asustados.
Hoy que pasaron los años aun nos muerde la conciencia, según dice la leyenda pagamos la penitencia.
¡¡¡Oremos al señor!!!
Padre nuestro que estás en los cielos
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino
aguase tu voluntad así en la tierra como en el cielo,
el pan nuestro de cada día dánosle hoy
y perdona nuestros pecados así como nosotros
(deberíamos perdonar a nuestros deudores)…no nos dejes caer en la tentación mas líbranos del mal amen.
Autor del poema: Joaquín Méndez. Martes de ceniza dos mil once.