Murmullos asesinos invaden mi ser,
muecas del destino hieren con espada ardiente
mi futuro incierto,
pujan con ímpetu mis deseos íntimos
en la larga noche infame
de los recuerdos,
llorosos ojos de nostalgia que no me dejan ver
el llanto desierto que chupa mi aliento
mientras se detiene el sonido de mis sentimientos
en la lejana pradera de tu presencia,
duele la vida siempre vagando, siempre silente
y la muerte esquiva no quiere emerger,
cuelo mis miedos en la ventana del tiempo
y nada la aleja vive amarrada a mi ser
y no merma el recuerdo homicida
mientras busco asilo a mis días
entre las lagrimas de antaño que aun anidan
en el balcón de mis umbrías vigilias,
profecías de tormentos envuelven mi alma vacante
mientras el desasosiego alegre vocifera la cruel victoria,
se cuecen mis ansias y trasciende el dolor obeso
hacia las cavernas nerviosas del calvario de mis tiempos