Esta quejumbre que me agota
secuestra con dureza grandes sueños
y es carga pesada que provoca
la absoluta descompensación de mis empeños
Este peregrinar me lleva hasta el invierno
que me deja el sabor de la angostura
transforma mi ser en la negrura
que solo tiene cabida en el infierno.
Gime mi voz desde lo más profundo
queriéndose escapar y en el quebranto
se deshoja una flor y ya mi mundo
se convierte tan solo en pena y llanto
Me retumba en la sienes
late en mí y se sostiene, me llega al vientre
este dolor de ausencia, que no muere, es mi veneno...