Yo soy el perfecto imperfecto
El que crea su propio laberinto
Hablando imperfecto dialecto
Encaminado a un final sucinto
En quien confluyen los valores
Que eternamente contrapuestos
Llevan por la senda de los errores
Dejando al corazón expuesto
Aquel que va aprendiendo de la caída
Pero olvida lo aprendido en segundos
Aquel que ante el débil muestra osadía
Pero ante el fuerte esconde el puño
Yo soy el ángel que no tiene alas
Quien surca el cielo en fantasías
Quien lleva ilusiones prensadas
En un pecho del que brota agonía
Aquel que sufre incluso en la victoria
Mostrando inquietud hasta en la paz
Quien se ve derrotado hasta en la gloria
Quien de aceptar los triunfos es incapaz
Quien es ahogado en su propia tinta
Y se ve ahorcado en sus propios versos
Quien se niega a ver una verdad distinta
Hasta en un mundo con finales dispersos
A quien la felicidad se le presenta
Como la inhalación antes del alarido
Como la calma antes de la tormenta
Como la despedida antes del olvido
Yo observo lo malo en lo positivo
Siembro desesperación en mi mente
Cuestiono lo que está establecido
Pero me resigno a vivir el presente
Yo soy quien piensa pero nunca actúa
Quien protesta sin solucionar nada
Quien en el momento preciso, duda
Quien vive con su conciencia acallada
Yo soy quien lucha por el objetivo
Y renuncia a él en el último instante
Soy aquel que detesta estar vivo
En quien la desidia es residente constante
Yo soy el perfecto imperfecto
El títere que controla sus cuerdas
Yo soy el abandonado proyecto
Del libre albedrio y sus sendas.
Andrés Ruiz H.